Uno de los errores más comunes de los emprendedores es enamorarse de su idea sin comprobar si realmente hay un mercado dispuesto a pagar por ella. Validar significa recopilar información objetiva que confirme si tu propuesta resuelve un problema real.

Para lograrlo, puedes aplicar encuestas digitales, entrevistas en profundidad con clientes potenciales o desarrollar un prototipo que muestre la esencia del producto. Una estrategia muy utilizada es el MVP (Producto Mínimo Viable), una versión básica que permite medir el interés y la disposición a pagar antes de invertir grandes recursos. Este proceso no solo te ahorra dinero, también te ayuda a ajustar tu idea con base en datos reales.
Tip extra: no te quedes con la validación teórica, busca siempre señales claras de intención de compra, como reservas, pre-pagos o suscripciones de prueba.
👉 ¿Cuál sería tu forma favorita de validar una idea antes de arriesgar capital?

